¿Cómo te podemos ayudar?

¡Todo por usted!

Nuestro Objetivo es que usted pueda retomar las actividades que creía perdidas por su limitación visual.

Para conseguirlo, hemos desarrollado nuestro Protocolo de Atención al Paciente, que ha servido para ofrecer cobertura a más de 10.000 personas con baja visión a lo largo de más de 30 años de dedicación exclusiva a esta disciplina.

Este Protocolo se concreta a través de todo un proceso en el que participan distintos profesionales de reconocida valía profesional, todos trabajando sincronizadamente para conseguir un objetivo: su rehabilitación visual.

Evaluación de la visión

En esta parte del proceso de rehabilitación, se estudia con minuciosidad el estado de su visión para estructurar el plan de rehabilitación adecuado.

A través de un completo examen de Baja Visión, se observa qué capacidades visuales se poseen y qué zonas de la retina están en mejor estado para poderlas aprovechar.

La evaluación se realiza siempre por ópticos-optometristas con formación específica en baja visión. Esta formación es determinante para saber reconocer qué partes de la retina serán más útiles y cuáles se pueden potenciar con el entrenamiento y ayudas adecuadas.

También se emplea el informe oftalmológico del paciente, ya que es de gran importancia para poder conocer con exactitud el estado de la visión del paciente.

Una vez realizada esta evaluación, se fijan unos objetivos en función de los cuales se establecerá en qué consistirá la rehabilitación y cuánto tiempo se tardará en conseguirla. El tiempo medio de entrenamiento visual se sitúa en torno a las seis horas de atención individualizada.

PRESCRIPCIÓN DE AYUDAS

En esta etapa se seleccionan las ayudas técnicas adecuadas para lograr los fines propuestos.

Baja Visión Barañano pone a disposición de sus pacientes más de 1.000 ayudas técnicas distintas. Entre esta variedad se encuentra la solución para las necesidades visuales de la gran mayoría de los casos.

Las ayudas técnicas se dividen en cuatro grandes grupos:

Ayudas Ópticas: Manuales, o montadas en gafas, proporcionan el aumento necesario según las necesidades de cada paciente.

Ayudas Electroópticas: Se trata de aparatos de novedosa tecnología, entre los que se hallan las lupas-televisión, sistemas de realidad virtual o software para aumentar la imagen del ordenador.

Ayudas no ópticas: Empleadas para mejorar la postura, el contraste, el deslumbramiento o la distancia de trabajo.

Ayudas no visuales: Permiten mejorar la autonomía del paciente sin que la visión intervenga. Así, encontramos dispositivos como pueda ser un reloj parlante o un monedero especialmente estructurado para encontrar todo más fácilmente.

ENTRENAMIENTO

El entrenamiento consiste en el aprendizaje de técnicas para el mejor aprovechamiento del resto visual y la correcta utilización de las ayudas prescritas.

En esta fase se ejercita al paciente en determinados hábitos necesarios para el aprovechamiento de su resto visual. Asimismo, el uso de las ayudas técnicas bajo la supervisión de un especialista facilitan que estos instrumentos puedan ser manejados sin ninguna dificultad por el paciente cuando éste tenga que valerse por sí mismo.

La fase del entrenamiento se completa habitualmente en cuatro sesiones de una hora, aunque el plan de rehabilitación incluye todas las sesiones que sean necesarias hasta lograr que el paciente emplee con eficacia las ayudas propuestas.

El entrenamiento es fundamental, ya que si no se usan correctamente las ayudas, no se cumplirán los objetivos. En cambio, los estudios demuestran que el 80% de los pacientes que aprenden a utilizar las ayudas, las siguen usando 2 años después de finalizar la rehabilitación.

REHABILITACIÓN

El 90% de nuestros pacientes consiguen rehabilitar su visión.

Según los estudios realizados, 9 de cada 10 pacientes retoman las actividades que desean después de llevar a cabo su rehabilitación visual.

Rehabilitando su baja visión, nuestros pacientes reanudan las actividades que le gustan, como leer, pasear, ver cine y televisión o simplemente acompañar a sus nietos al colegio.

Para personas con Baja Visión que mantengan zonas útiles de visión y quieran obtener un mejor rendimiento.

Para conseguir resultados en la rehabilitación de la Baja Visión, tiene que aprender a mirar por la zona del ojo que mejor funciona, a utilizar correctamente las ayudas prescritas y decidir qué ayudas son las que se compromete a utilizar habitualmente.

En muchos casos, nuestros pacientes son personas que llevan varios años sin hacer las actividades que venían haciendo anteriormente, ya que no pueden recuperar más visión, sin la rehabilitación. Esto les lleva a veces en una situación de resignación que se convierte en su peor enemigo. Ellos deben volver a usar su visión, pues existen soluciones donde aprendiendo a mirar por la zona adecuada, y usar las ayudas técnicas a su medida, le dan cobertura a sus necesidades.

Así pues, mientras se tenga un resto de visión útil, se pueden utilizar ayudas técnicas y entrenamiento para aumentar la autonomía visual del paciente.

Debido a que la edad avanzada acarrea a menudo patologías visuales que dan lugar a la Baja Visión, las personas de mayor edad constituyen el grupo más expuesto a padecerla. Por este motivo es necesario realizarse análisis periódicos en su oftalmólogo de confianza, quien será el que evalúe la calidad de su visión y le ayude a mantenerla en las mejores condiciones.

PROCESO DE REHABILITACIÓN

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